17-09-2024
“También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar.”
Lucas 18:1
Lucas 18:1
Jesús nos enseñó acerca de la importancia de perseverar en la oración. En Lucas 18:1, Él cuenta la parábola de la viuda persistente que, a pesar de ser rechazada varias veces, no se dio por vencida hasta que obtuvo justicia. Jesús usa esta historia para mostrarnos que debemos orar continuamente sin desanimarnos, incluso cuando las respuestas no llegan de inmediato. La perseverancia en la oración demuestra nuestra fe y dependencia de Dios, reconociendo que Él escucha y responde en Su tiempo perfecto.
En 1 Tesalonicenses 5:17, Pablo nos exhorta a “orar sin cesar.” Esto no significa que debamos estar de rodillas todo el tiempo, sino que debemos mantener una actitud constante de comunicación con Dios. La perseverancia en la oración nos ayuda a fortalecer nuestra relación con Él y a recordar que no podemos enfrentar las dificultades de la vida por nuestras propias fuerzas. Cada vez que oramos, nos conectamos con el poder y la gracia de Dios, confiando en que Él tiene el control de todas las cosas.
Jesús mismo es nuestro ejemplo de perseverancia en la oración. En el huerto de Getsemaní, a pesar de que sabía lo que le esperaba, Jesús oró fervientemente al Padre, pidiendo que se hiciera Su voluntad (Mateo 26:39). Su perseverancia en la oración le dio la fuerza para enfrentar la cruz. De la misma manera, cuando enfrentamos dificultades, la oración nos da la fortaleza para seguir adelante, sabiendo que Dios está con nosotros y que Su voluntad es siempre para nuestro bien.
La perseverancia en la oración nos fortalece en nuestra relación con Dios y nos capacita para enfrentar las pruebas de la vida. A través de la oración constante, aprendemos a depender de Dios y a confiar en Su tiempo y Su voluntad.