29-08-2024
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia.”
Colosenses 3:12
Colosenses 3:12
La bondad es una virtud que refleja el corazón de Dios hacia nosotros y hacia los demás. En Colosenses 3:12, Pablo nos insta a “vestirnos” de bondad, lo que significa que debemos dejar que esta virtud sea evidente en todas nuestras acciones y palabras. La bondad no se trata solo de hacer lo correcto, sino de hacerlo con un corazón lleno de amor y compasión por los demás. Es la disposición de buscar el bien de otros, incluso cuando no hay nada que ganar a cambio.
Jesús mostró la bondad en Su ministerio terrenal. En Hechos 10:38, se nos dice que Jesús “anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”. Su bondad se manifestó en Su compasión por los enfermos, los marginados y los pecadores. Como seguidores de Cristo, estamos llamados a mostrar la misma bondad hacia los demás, siendo instrumentos de Su amor y gracia en un mundo que a menudo carece de ambas.
La bondad también es un fruto del Espíritu (Gálatas 5:22). Esto significa que, como creyentes, la bondad debe ser una característica natural de nuestra vida, producida por el Espíritu Santo en nosotros. A medida que nos rendimos a la obra del Espíritu, nuestra bondad hacia los demás crece y se convierte en una luz que brilla en la oscuridad. La bondad no solo beneficia a quienes la reciben, sino que también glorifica a Dios, quien es la fuente de toda bondad.
La bondad es una virtud que debe caracterizar la vida de todo cristiano. Al practicar la bondad, reflejamos el amor y la compasión de Dios hacia los demás. Que nuestra vida esté marcada por actos de bondad que glorifiquen a Dios y bendigan a aquellos que nos rodean.