24-07-2024
“Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.”
1 Juan 3:18
1 Juan 3:18
Juan nos exhorta a amar no solo con palabras, sino con acciones y en verdad. La verdad no debe limitarse a lo que decimos, sino también a cómo vivimos y actuamos. Nuestras acciones deben reflejar la verdad de Dios y nuestro amor por los demás. Este amor genuino y verdadero se manifiesta a través de nuestras obras, demostrando nuestra fe y compromiso con Cristo.
En Santiago 2:17, se nos dice: “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.” La fe verdadera se evidencia en nuestras acciones. Hablar con la verdad implica vivir una vida coherente con nuestras palabras. Nuestras acciones deben respaldar lo que decimos, mostrando integridad y autenticidad en nuestra relación con Dios y con los demás. Al actuar con verdad, reflejamos el carácter de Cristo y honramos a Dios.
En Gálatas 6:9, Pablo nos anima: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.” La perseverancia en hacer el bien y actuar con verdad es esencial en nuestra vida cristiana. Aunque pueda ser desafiante, estamos llamados a vivir de acuerdo con la verdad de Dios en todas nuestras acciones. Este compromiso con la verdad en nuestras obras trae gloria a Dios y testifica de Su amor y gracia al mundo.
La verdad en nuestras acciones es una demostración tangible de nuestra fe y amor por Dios. Que nuestras obras reflejen la verdad y el amor de Cristo, viviendo de manera coherente con nuestras palabras y compromisos. Al actuar con verdad, glorificamos a Dios y edificamos a aquellos que nos rodean.