28-01-2025
”¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”.
Santiago 3:13-17
Santiago 3:13-17
La Biblia nos enseña que hay dos tipos de sabiduría: la terrenal y la celestial. En Santiago 3:13-17, se describe la sabiduría terrenal como “terrenal, animal y diabólica”, mientras que la sabiduría celestial es “pura, pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos”. La sabiduría terrenal se centra en el egoísmo y la envidia, mientras que la sabiduría celestial refleja el carácter de Cristo.
El problema con la sabiduría terrenal es que se basa en deseos humanos y no en principios divinos. Proverbios 14:12 nos advierte: “Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte”. Por otro lado, la sabiduría celestial está basada en el temor de Dios, que es el principio de toda sabiduría (Proverbios 9:10). Al caminar en el temor del Señor, nuestra perspectiva cambia, y nuestras decisiones comienzan a alinearse con los valores del reino de Dios.
La sabiduría celestial también produce fruto en nuestras relaciones. En Filipenses 2:3, Pablo nos exhorta a que no hagamos nada por egoísmo o vanagloria, sino que consideremos a los demás como superiores a nosotros mismos. Este tipo de humildad y amor solo es posible cuando nuestra sabiduría proviene de Dios y no de nuestros propios intereses.
La sabiduría celestial se distingue de la terrenal por su pureza, humildad y amor. Al buscar la sabiduría de Dios, nuestras decisiones reflejarán Su carácter y traerán paz y bendición a nuestras vidas y relaciones.