“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.”
Colosenses 3:23-24
Colosenses 3:23-24
Nuestro servicio es una ofrenda a Dios, y Colosenses 3:23-24 nos recuerda que debemos hacerlo de corazón y para Su gloria. Servir a Dios implica hacerlo con excelencia y dedicación, no como si estuviéramos trabajando solo para personas, sino para el mismo Dios. Este enfoque transforma nuestro servicio y le da un propósito eterno, pues entendemos que cada acción es una ofrenda que refleja nuestro amor y obediencia a Él.
Servir como ofrenda también significa poner a Dios en el centro de lo que hacemos. En 1 Corintios 10:31, Pablo nos enseña que cualquier cosa que hagamos debe ser para la gloria de Dios. Este llamado nos invita a ver nuestro servicio como algo sagrado, donde nuestras intenciones y acciones deben estar alineadas con Su voluntad. Al tener esto en mente, el servicio se convierte en un acto de adoración que demuestra nuestro compromiso y devoción a Dios.
Además, ver el servicio como una ofrenda nos ayuda a mantener la pureza de nuestras intenciones. Cuando servimos para agradar a Dios, nuestro servicio se libera de intereses personales o de reconocimiento. En Mateo 6:1, Jesús advierte contra el hacer obras para ser vistos por los hombres. Nuestro servicio debe ser una expresión de amor y gratitud a Dios, y cuando esto es así, Él recibe nuestra ofrenda y la convierte en una bendición para otros.
Servir a Dios de corazón y con una intención pura es una ofrenda agradable a Él. Cuando nuestro servicio es una expresión de adoración, podemos tener la seguridad de que nuestro trabajo no es en vano y que Dios es glorificado.
1 comentario en “El Servicio como Ofrenda a Dios”
El servicio es una forma de adorar al Señor y debe ser algo que nazca de nuestro corazón, no por quedar bien ante los demás o buscando la aprobación de otros, sino solo buscando la aprobación de Dios, sabiendo que todo lo hacemos por él y para él. De esta forma llevaremos su bendición y amor a otras personas, dando honra y gloria a nuestro Señor.