29-11-2024
“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.”
Romanos 12:18
Romanos 12:18
El dominio propio es clave para mantener relaciones saludables y glorificar a Dios a través de ellas. En nuestras interacciones con otros, podemos enfrentar desacuerdos, malentendidos o incluso ofensas. Sin embargo, la Biblia nos llama a responder con gracia y no con impulsividad (Proverbios 15:1). El dominio propio nos ayuda a mantener la calma y actuar con sabiduría, buscando siempre la paz y la reconciliación.
Jesús nos dio el ejemplo supremo de dominio propio al enfrentar la oposición y el rechazo. En 1 Pedro 2:23, leemos que, cuando fue insultado, no devolvió insultos; cuando sufrió, no amenazó, sino que se encomendó a Aquel que juzga con justicia. Este modelo nos inspira a actuar con humildad y paciencia, confiando en que Dios está en control de nuestras relaciones.
Además, el dominio propio nos ayuda a poner límites saludables en nuestras relaciones, asegurándonos de que nuestras acciones sean motivadas por amor y no por emociones descontroladas. Esto nos permite ser verdaderos reflejos de Cristo, mostrando Su carácter en cómo tratamos a los demás (Colosenses 3:12-13). Al vivir de esta manera, damos testimonio de la obra transformadora de Dios en nuestras vidas.
El dominio propio en las relaciones nos permite actuar con amor y sabiduría, promoviendo la paz y glorificando a Dios. Al seguir el ejemplo de Cristo, podemos vivir en armonía y edificar a quienes nos rodean.