14-09-2024
“Cuando ayunéis, no seáis como los hipócritas… tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
Mateo 6:16-18
Mateo 6:16-18
El ayuno es una disciplina espiritual que nos ayuda a fortalecer el dominio propio. En Mateo 6:16-18, Jesús no dice “si ayunáis,” sino “cuando ayunéis,” lo que implica que espera que Sus seguidores practiquen el ayuno como parte de su vida espiritual. Ayunar es una forma de negarnos a nosotros mismos, controlando nuestros deseos físicos para concentrarnos en Dios. Es una herramienta poderosa para desarrollar el autocontrol y someter nuestra carne a la obediencia al Espíritu Santo.
Durante el ayuno, aprendemos a poner nuestras necesidades espirituales por encima de las físicas. En Mateo 4:4, Jesús dice: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Al abstenernos de comida o de otras cosas, estamos recordándonos que nuestra verdadera sustancia y fortaleza provienen de Dios, no de nuestras necesidades físicas. Esto nos ayuda a entrenar nuestro dominio propio, recordándonos que no vivimos para satisfacer nuestros deseos carnales, sino para hacer la voluntad de Dios.
El ayuno también nos enseña a depender de Dios en momentos de debilidad. En 2 Corintios 12:9, Dios le dice a Pablo: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.” Al ayunar, nos hacemos más conscientes de nuestra debilidad y de la necesidad de la gracia de Dios para sostenernos. En este proceso, fortalecemos nuestro dominio propio, confiando en Dios para que nos dé la fuerza necesaria para resistir las tentaciones y las pruebas.
El ayuno es una herramienta espiritual que nos ayuda a desarrollar el dominio propio y a depender más de Dios. A través de esta disciplina, podemos aprender a controlar nuestros deseos físicos y enfocarnos en lo que realmente importa: nuestra relación con Dios.