23-08-2024
“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.”
Hebreos 10:23
Hebreos 10:23
Las promesas de Dios son un ancla para nuestra fe. A lo largo de las Escrituras, Dios ha hecho promesas a Su pueblo, y cada una de ellas se cumple porque Él es fiel. Mantener nuestra fe en las promesas de Dios nos da esperanza y fortaleza, especialmente en tiempos de incertidumbre y prueba. Hebreos 10:23 nos exhorta a mantener firme nuestra esperanza, confiando en que Dios cumplirá lo que ha prometido.
Abraham es un ejemplo notable de fe en las promesas de Dios. A pesar de su edad avanzada y las circunstancias imposibles, creyó en la promesa de Dios de darle un hijo. Romanos 4:20-21 dice: “Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido”. La fe de Abraham en las promesas de Dios fue contada como justicia.
Las promesas de Dios son firmes y seguras. Isaías 55:11 dice: “Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. Cuando ponemos nuestra fe en Sus promesas, sabemos que Dios actuará en Su tiempo perfecto y de acuerdo a Su voluntad, trayendo a cumplimiento todo lo que ha dicho.
Nuestra fe en las promesas de Dios es una fuente de esperanza y seguridad. Confiemos en Su fidelidad, sabiendo que Él cumplirá lo que ha prometido. Mantengamos nuestra esperanza firme en Él, y vivamos con la expectativa de ver Sus promesas hechas realidad en nuestras vidas.