31-10-2024
“Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. “
1 Corintios 13:3
1 Corintios 13:3
El servicio sin amor pierde su verdadero propósito. En 1 Corintios 13:3, Pablo enfatiza que sin amor, nuestras acciones carecen de valor. Este pasaje nos recuerda que el amor debe ser la motivación detrás de nuestro servicio. Servir con amor sincero significa actuar con compasión, empatía y deseo genuino de ayudar, no buscando reconocimiento ni beneficios personales. Cuando servimos con amor, reflejamos el corazón de Cristo, quien siempre actuó movido por el amor hacia los demás.
El amor sincero en el servicio también implica que actuemos con humildad. En Filipenses 2:3-4, se nos exhorta a no hacer nada por vanagloria, sino a estimar a los demás como superiores a nosotros mismos. Este tipo de servicio transforma tanto a quien sirve como a quien recibe. Al actuar con amor, mostramos la esencia del evangelio y seguimos el ejemplo de Jesús, quien lavó los pies de sus discípulos como un acto de amor y humildad.
Finalmente, el amor sincero nos permite servir de una manera que toca los corazones. Cuando las personas perciben que nuestro servicio es genuino, pueden ver a Cristo a través de nosotros. En Juan 13:34-35, Jesús enseña que el amor mutuo es la marca distintiva de Sus discípulos. Nuestro servicio, entonces, no solo debe ser una acción externa, sino una manifestación de un amor que proviene de Dios y que puede impactar profundamente a quienes servimos.
Servir con amor sincero da propósito y valor a nuestras acciones. Cuando el amor es el motor de nuestro servicio, reflejamos el corazón de Cristo y mostramos su amor a quienes nos rodean.