22-11-2025
“Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo.”
Salmos 61:2
Salmos 61:2
Hay momentos donde las fuerzas se agotan y el corazón se debilita. David sabía lo que era sentir angustia, pero también sabía a dónde correr. Clamó: “Llévame a la roca que es más alta que yo.” Jesús es esa roca elevada, esa perspectiva superior que necesitamos cuando no entendemos lo que vivimos.
Cristo nos invita a venir a Él con nuestras cargas. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). El descanso viene cuando dejamos de intentar sostenernos solos y permitimos que la roca eterna nos sostenga completamente.
Cuando estamos en Cristo, no solo encontramos alivio, sino dirección. Salmos 32:8 dice: “Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar.” Él nos guía, nos fortalece y nos levanta por encima de las circunstancias. La roca es más alta porque su plan es perfecto.
En tu aflicción, Cristo es tu roca elevada. Cuando no puedas más, Él te sostendrá y te dará dirección. Descansa en su fortaleza y permite que te levante a un lugar seguro.


