30-07-2025
“Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros.”
Joel 2:25
Joel 2:25
Hay momentos en que sentimos que hemos perdido años valiosos: decisiones erradas, pecados, heridas profundas. Pero nuestro Dios es especialista en restaurar lo irrecuperable. Él promete devolver lo perdido, no como una simple reposición, sino como una transformación que da más de lo que se fue.
El contexto del versículo muestra a un pueblo que había sido castigado, pero que se volvió a Dios. Y en su misericordia, Él no solo perdonó, sino que restituyó con abundancia. Lo mismo puede hacer contigo. Como dice Jeremías 30:17: “Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová.”
Dios no se limita a reparar; Él redime el tiempo. En Cristo, incluso tus años más difíciles pueden convertirse en testimonio de gracia. No hay ruina que Él no pueda reconstruir ni herida que no pueda sanar.
Aunque sientas que perdiste mucho, Dios puede devolver lo que fue dañado. Su poder de restauración es mayor que cualquier pérdida. En Él, los años vacíos pueden florecer nuevamente.