17-05-2025
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”
Juan 14:27
Juan 14:27
Jesús no solo promete paz, sino que nos la deja como herencia. Una paz diferente, no basada en las circunstancias, sino en su presencia. No es una emoción pasajera, sino una realidad espiritual que sostiene cuando todo tiembla.
El mundo ofrece paz temporal: una buena noticia, una solución momentánea. Pero la paz de Cristo permanece aun cuando todo parece caer. Filipenses 4:7 dice: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
Esta paz se recibe por fe, no por vista. Aunque no veamos la salida, confiamos en quien está con nosotros. “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.” (Isaías 26:3). Él es nuestra paz constante.
La paz de Cristo no depende del entorno, sino de su presencia fiel. Cuando el miedo toca a la puerta, abramos con fe en Aquel que dijo: “No se turbe vuestro corazón.” Su paz guardará nuestra alma.