10-02-2024
“Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.”
Salmo 95:6
Salmo 95:6
La humildad es esencial en nuestra adoración a Dios. El Salmo 95:6 nos llama a postrarnos y adorar al Señor, reconociendo su grandeza. La parábola del fariseo y el publicano en Lucas 18:9-14 destaca la diferencia entre la arrogancia y la humildad en la adoración. La verdadera adoración surge de corazones humildes que reconocen la gloria de Dios.
Conclusión
La adoración verdadera se caracteriza por la humildad, donde nos postramos delante de Dios, reconociendo su soberanía y nuestra dependencia de Él. Que nuestra adoración sea un reflejo de corazones humildes que reconocen la majestuosidad de nuestro Creador.