12-06-2025
“Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre.”
Salmo 100:4
Salmo 100:4
La gratitud es la llave que nos da acceso a la presencia de Dios. El Salmo 100:4 nos enseña que entrar en la presencia del Señor comienza con un corazón agradecido. No se trata solo de una actitud emocional, sino de una respuesta espiritual que honra a Dios por quien Él es, no solo por lo que nos da.
En la historia de los diez leprosos (Lucas 17:11-19), solo uno volvió para dar gracias a Jesús, y fue el único que recibió no solo sanidad, sino salvación. Jesús le dijo: “Tu fe te ha salvado.” La gratitud no solo trae bendición, sino que revela la fe genuina.
Agradecer cambia la atmósfera espiritual. Cuando adoramos con acción de gracias, nuestra alma se alinea con el cielo. Salmo 95:2 dice: “Lleguemos ante su presencia con alabanza; aclamémosle con cánticos.” La gratitud nos introduce en el lugar de adoración y comunión íntima con nuestro Padre.
El agradecimiento nos abre las puertas al trono de gracia, donde encontramos misericordia y amor eterno. La vida cristiana florece cuando el corazón vive rendido ante Dios con gratitud sincera y constante.