02-05-2025
“Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
Filipenses 2:8
Filipenses 2:8
Jesús es el modelo supremo de obediencia. Aunque era Dios, se humilló voluntariamente para cumplir la voluntad del Padre. En Juan 6:38 Jesús declara: “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” Su vida fue una demostración perfecta de sometimiento a la voluntad divina, aun cuando significaba sufrimiento.
La obediencia de Cristo no fue fácil; fue dolorosa y costosa. Hebreos 5:8-9 dice: “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen.” Aprendió a obedecer en medio del dolor, dejando un camino para nosotros seguir.
Jesús mostró que obedecer es confiar plenamente en el Padre, incluso en circunstancias adversas. Mateo 26:39 refleja Su corazón en Getsemaní: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” Su ejemplo nos reta a buscar siempre la voluntad de Dios por encima de la nuestra.
Jesús nos enseñó que la verdadera obediencia implica humildad, sacrificio y amor. Seguir su ejemplo es nuestro llamado diario como discípulos suyos. ¡Obedezcamos como Él obedeció!