13-05-2025
“Entonces, levantándose, reprendió al viento y dijo al mar: ¡Calla, enmudece! Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.”
Marcos 4:39
Marcos 4:39
Los discípulos estaban aterrados en medio de una tormenta, aunque Jesús iba con ellos en la barca. Esta escena es tan humana: tenemos al Salvador cerca, pero aún así el miedo nos domina. “¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?” (Marcos 4:40), les dijo Jesús. Él no ignora nuestras emociones, pero nos llama a confiar.
La autoridad de Jesús sobre la naturaleza nos recuerda que no hay situación que Él no pueda controlar. El mismo poder que calmó el mar está activo en nuestras vidas hoy. En medio de la tormenta, Jesús no se ha olvidado de ti. Él no ha perdido el control. “Clamaron a Jehová en su angustia, y los libró de sus aflicciones.” (Salmo 107:28)
Nuestra seguridad no está en la ausencia de problemas, sino en la presencia del Señor. Él tiene poder para traer paz en medio del caos. Tal vez no siempre detendrá la tormenta inmediatamente, pero sí nos llenará de una paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7), para que podamos enfrentar el miedo con confianza.
Jesús no promete una vida sin tormentas, pero sí estar presente en cada una. Su voz es más fuerte que el ruido del miedo, y su poder puede calmar hasta el mar más bravo. Cuando tememos, recordemos que el Príncipe de Paz está con nosotros.