15-05-2025
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.”
2 Corintios 12:9a
2 Corintios 12:9a
El miedo muchas veces nos hace sentir débiles, incapaces de seguir. Pero Dios transforma nuestra debilidad en lugar de fortaleza. Pablo aprendió esta verdad cuando pidió ser liberado de una aflicción, y Dios le respondió con gracia, no con liberación inmediata.
En nuestra humanidad queremos escapar de lo que nos atemoriza. Pero la gracia de Dios nos sostiene. Su poder no se manifiesta cuando nos sentimos fuertes, sino cuando reconocemos que no podemos solos. “Jehová da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” (Isaías 40:29).
El temor no tiene la última palabra cuando confiamos en el poder de Cristo. Él es nuestra fuerza renovada cada día. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:13). No porque seamos fuertes, sino porque su fuerza se perfecciona en nuestra debilidad.
Cuando el miedo nos debilita, la gracia de Dios nos levanta. No estamos solos ni sin recursos: su poder se perfecciona en nosotros. En la debilidad descubrimos cuán suficiente es Cristo. Confiemos en su fuerza.