19-09-2025
“No murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.”
1 Corintios 10:10
1 Corintios 10:10
La murmuración y la crítica destructiva son pecados que dañan la unidad del pueblo de Dios. El apóstol Pablo advierte a los corintios que muchos en Israel murieron por murmurar contra el Señor en el desierto. Esto nos enseña que Dios toma muy en serio lo que decimos, incluso cuando pensamos que son palabras pequeñas.
En Filipenses 2:14-15 se nos dice: “Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.” La ausencia de murmuración es una señal de madurez espiritual y de obediencia a Dios.
También Efesios 4:31 nos exhorta: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.” El cristiano debe renunciar a toda palabra que siembre división, y en su lugar hablar palabras que promuevan unidad y paz.
La murmuración apaga la obra de Dios y la crítica destruye relaciones. Como hijos del Señor, debemos apartar de nuestra boca toda palabra que deshonre a Cristo y hablar siempre con amor. La verdadera madurez se muestra en una lengua que edifica y no destruye.