26-07-2025
“Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?”
Lucas 24:32
Lucas 24:32
Los discípulos en el camino a Emaús estaban tristes y confundidos. Pero cuando el Resucitado les habló y les explicó las Escrituras, sus corazones ardieron de gozo. Eso es lo que hace el Cristo resucitado: renueva nuestras emociones, sana nuestras heridas.
Isaías 61:1 dice que el Espíritu del Señor vino a “vendar a los quebrantados de corazón.” Jesús hace esto cada vez que le permitimos caminar con nosotros en medio del dolor. Su resurrección nos muestra que no hay noche eterna ni tristeza que dure para siempre.
El poder de su vida venciendo la muerte nos consuela en nuestras lágrimas y nos llena de gozo nuevo. Salmo 30:5 dice: “Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría.”
El poder del Cristo resucitado es medicina para el alma herida. Él restaura lo que está roto y nos devuelve el gozo. Dejemos que Él camine con nosotros y renueve nuestras fuerzas cada día.