18-02-2025
”Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”.
Colosenses 3:13
Colosenses 3:13
El perdón no es solo un sentimiento, sino una decisión basada en el amor. En Colosenses 3:13, se nos exhorta a soportarnos y perdonarnos unos a otros, como Cristo nos ha perdonado. Esto significa que nuestro perdón debe ser un reflejo del amor incondicional de Dios. No perdonamos porque la otra persona lo merezca, sino porque hemos sido perdonados por Dios primero.
Jesús es nuestro mayor ejemplo de perdón. En la cruz, a pesar de sufrir injustamente, oró: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Esta actitud nos enseña que el perdón no depende de las circunstancias ni de cómo nos traten los demás, sino de nuestro deseo de imitar a Cristo. Cuando perdonamos, liberamos nuestro corazón de la amargura y dejamos espacio para el amor de Dios.
Perdonar es un acto de fe, porque confiamos en que Dios hará justicia y nos dará la fuerza para sanar. Efesios 4:32 nos dice: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. Cuando elegimos perdonar, estamos mostrando el carácter de Cristo en nuestra vida y permitimos que Su gracia transforme nuestro corazón.
Perdonar es un acto de amor y obediencia a Dios. Cuando perdonamos, reflejamos el amor de Cristo y experimentamos la libertad que viene al soltar el resentimiento y confiar en la justicia de Dios.