21-01-2025
”Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”.
Romanos 8:38-39
Romanos 8:38-39
El amor de Dios es una fuente constante de descanso, pues nada puede separarnos de Él. Romanos 8:38-39 nos asegura: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. Este amor incondicional es nuestra base segura y nos da descanso en medio de cualquier circunstancia.
En 1 Juan 4:18, se nos dice que “en el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor”. Al descansar en el amor de Dios, podemos liberarnos de la ansiedad y el miedo, porque sabemos que Su amor nunca falla. Este amor nos cubre y nos da seguridad, sin importar nuestras fallas o imperfecciones.
La cruz de Cristo es la manifestación suprema de este amor. En Juan 15:13, Jesús dice: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”. El sacrificio de Cristo por nosotros es la prueba más grande de Su amor, y al descansar en este amor, encontramos paz para nuestras almas.
El amor incondicional de Dios es la base de nuestro descanso. Al vivir en el conocimiento de Su amor por nosotros, podemos soltar nuestros temores y descansar plenamente en Su cuidado y fidelidad.