26-11-2025
“Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.”
Salmos 103:12
Salmos 103:12
El amor de Cristo no solo cubre, sino que limpia, restaura y perdona por completo. El perdón de Dios no es parcial ni condicional; es completo y definitivo. “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia” (Efesios 1:7). Caminar bajo el amor de Cristo significa caminar sin las cadenas del pasado, sin culpa que limite nuestro crecimiento. Él no recuerda nuestros pecados para condenarnos, sino para mostrarnos Su gracia que nos levanta.
Cristo mostró Su amor al perdonar incluso a quienes lo crucificaron: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Si Su amor alcanzó a quienes le hirieron, cuánto más nos alcanzará a nosotros, que le pertenecemos. No podemos avanzar plenamente en nuestra vida espiritual cargando culpas que Cristo ya borró. Su amor transforma el arrepentimiento en libertad, la vergüenza en esperanza y el pasado en testimonio de Su gracia. El perdón es una expresión perfecta de Su amor eterno.
Muchos cristianos viven como si todavía estuvieran atados a su historia, pero la Palabra declara: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1). Esta verdad debe penetrar el corazón: no eres lo que fuiste, no eres tus errores, no eres tu caída. Eres perdonado, amado y recibido por Cristo. Caminar bajo Su amor es caminar con la certeza de que Su perdón te cubre y te hace libre todos los días.
El amor de Cristo te ha perdonado completa y definitivamente. No permitas que el pasado te robe la libertad que Él ya te otorgó. Vive desde la gracia, no desde la culpa. Su amor te restaura y te impulsa a un nuevo comienzo cada día. Su perdón es el fundamento de una vida transformada en Cristo.


