04-11-2025
“Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
Colosenses 3:14
Colosenses 3:14
El amor es el lazo que mantiene unida a la comunidad cristiana. Sin amor, toda obra, servicio o palabra pierde valor. 1 Corintios 13:2 nos recuerda: “Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.” El amor no es solo un sentimiento, es una decisión diaria de reflejar el carácter de Cristo en nuestras relaciones.
Jesús nos mandó amarnos de la misma manera en que Él nos amó (Juan 15:12). Ese amor es sacrificial, paciente y misericordioso. En una comunidad cristiana verdadera, el amor cubre las diferencias y fortalece los lazos. “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados” (1 Pedro 4:8). Esto significa que cuando fallamos o somos heridos, respondemos con perdón y gracia, no con resentimiento.
El Espíritu Santo produce este amor en nosotros. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:22-23). Una comunidad guiada por el Espíritu refleja el amor de Cristo al mundo. Cuando amamos como Él, demostramos que realmente pertenecemos a Su familia.
El amor es el sello que distingue a los hijos de Dios. En la comunidad cristiana, el amor no es una opción, sino una necesidad vital. Amar como Cristo nos amó mantiene la unidad, fortalece la fe y atrae al mundo hacia el Evangelio. Donde hay amor verdadero, Dios habita.


