12-11-2025
“¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.”
Salmos 119:9
Salmos 119:9
La Palabra de Dios es el escudo que protege nuestro corazón del pecado. Cuando la leemos y meditamos en ella, somos transformados en nuestra manera de pensar y actuar. “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmos 119:11). Cada promesa y mandamiento del Señor es una guía para permanecer puros.
La tentación será constante, pero quien tiene la Palabra en su interior encontrará fuerza para resistir. Jesús mismo enfrentó al enemigo citando la Escritura: “Escrito está…” (Mateo 4:4). Así, nos enseña que la victoria sobre el mal comienza con un corazón lleno de verdad.
El creyente que ama la Palabra encuentra en ella alimento, dirección y corrección. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16).
Guardar la Palabra en el corazón es el camino seguro hacia la pureza. Ella nos fortalece ante la tentación y nos mantiene firmes en la verdad de Cristo, quien nos limpia por medio de Su Palabra viva.


