10-11-2025
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.”
Proverbios 4:23
Proverbios 4:23
Guardar el corazón no significa aislarlo, sino protegerlo del mal. Dios nos llama a cuidar lo que entra en nuestra mente y emociones, porque lo que alimentamos en el corazón determinará nuestras acciones. “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo malo” (Lucas 6:45). Cada pensamiento y deseo deben ser filtrados a la luz de la Palabra.
El enemigo intenta sembrar engaño, resentimiento y orgullo, pero el creyente debe permanecer firme en la verdad. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento” (Romanos 12:2). Esto requiere disciplina espiritual diaria, oración constante y comunión con Dios.
Jesús mismo advirtió: “De dentro del corazón de los hombres salen los malos pensamientos… las blasfemias, la soberbia, la insensatez” (Marcos 7:21-22). Por eso, un corazón vigilante es aquel que se mantiene en obediencia y dependencia del Espíritu Santo.
Guardar el corazón es un acto de amor hacia Dios. Implica vigilar lo que vemos, oímos y pensamos. Solo en Cristo podemos mantenernos puros y sensibles a Su voz, para que de nuestro interior fluya vida y no corrupción.


