17-09-2025
“El necio da rienda suelta a toda su ira, mas el sabio al fin la sosiega.”
Proverbios 29:11
Proverbios 29:11
Muchas veces caemos en la tentación de responder con enojo o de hablar sin pensar. Sin embargo, la Biblia enseña que la sabiduría se muestra en el dominio propio, incluso en nuestras palabras. El sabio sabe cuándo hablar y cuándo callar, porque entiende que no todo lo que se piensa debe decirse.
Santiago 3:5 compara la lengua con un fuego: “Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!” Una sola palabra mal dicha puede causar un gran daño en una familia, una amistad o una iglesia. Por eso necesitamos el fruto del Espíritu, especialmente el dominio propio, para hablar con sabiduría.
El apóstol Pablo aconseja en Efesios 4:29: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.” El dominio propio no es callar por miedo, sino hablar en el momento correcto, con la actitud correcta y con palabras que edifiquen.
El creyente lleno del Espíritu Santo sabe dominar su lengua para glorificar a Dios. No hablamos para herir, sino para sanar; no para destruir, sino para edificar. Que nuestras palabras siempre estén sazonadas con gracia y reflejen la sabiduría que viene de lo alto.