13-09-2025
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
2 Corintios 5:17
2 Corintios 5:17
El amor de Dios nunca falla porque no solo nos salva, sino que nos transforma. Cristo cambia nuestro corazón, sana nuestras heridas y nos da una nueva vida. El pasado ya no nos define, porque el amor de Dios nos cubre y nos da una nueva identidad en Él.
Ese amor transforma nuestro carácter. 1 Juan 4:19 dice: “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero”. Al experimentar su amor, aprendemos a amar a los demás, a perdonar ya vivir con propósito. Su amor es el motor de nuestra transformación diaria.
El amor de Dios también nos da libertad. Gálatas 5:1 declara: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”. El amor que nunca falla nos libera de las cadenas del pecado y nos lleva a vivir en victoria.
El amor de Dios no solo nos rescata, sino que también nos transforma. Cada día somos renovados por su gracia. Su amor nunca falla porque cambia nuestra vida de adentro hacia afuera.