02-08-2025
“No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno.”
Colosenses 3:9-10
Colosenses 3:9-10
Dios no solo quita el pecado; también nos viste de justicia. El “viejo hombre” representa la vida antes de Cristo: dominada por el ego, la mentira, la ira, y la impureza. Pero cuando nacemos de nuevo, somos llamados a despojarnos de todo eso y a vivir revestidos de Cristo.
Vestirse del nuevo hombre es asumir la identidad que Dios nos ha dado. Efesios 4:24 dice: “Vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” Esta renovación no es superficial; es una obra diaria del Espíritu, quien nos moldea a imagen de Jesús.
Cada día es una oportunidad para decir “no” a lo viejo y “sí” a lo nuevo. La gracia de Dios no solo nos limpia, sino que nos capacita para vivir de manera diferente, para que otros vean en nosotros a Cristo.
Dios te ha dado un nuevo ropaje: el carácter de Cristo. Vístete de Él cada día. Lo viejo quedó atrás, y ahora caminas como hijo renovado por la gracia.