14-06-2025
“Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.”
Filipenses 2:14-15
Filipenses 2:14-15
Vivir agradecidos nos libra del veneno de la queja. En Filipenses 2:14-15, Pablo nos exhorta a vivir sin murmuraciones, brillando como luces en medio de un mundo oscuro. La queja apaga el gozo, distorsiona la perspectiva y alimenta el desánimo. La gratitud, en cambio, renueva la esperanza.
El pueblo de Israel, tras salir de Egipto, se volvió ingrato y comenzó a quejarse en el desierto. A pesar de los milagros, su falta de gratitud los mantuvo vagando (Números 14:27-30). Aprendemos que la queja retrasa la promesa, pero la gratitud nos acerca a ella.
En 2 Corintios 4:15-16, Pablo escribe: “Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios. Por tanto, no desmayamos…” Cuando agradecemos, incluso en lo difícil, glorificamos a Dios y vencemos el desánimo.
Un corazón agradecido es un antídoto contra la queja y el desánimo. Nos ayuda a mantenernos firmes, alegres y llenos de esperanza, brillando con la luz de Cristo aun en medio de circunstancias adversas.