07-05-2025
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”
Filipenses 4:4
Filipenses 4:4
El gozo del Espíritu no depende de las circunstancias, sino de la relación con Dios. Mientras el mundo busca alegría en lo externo, el creyente la encuentra en el Señor. En Nehemías 8:10 leemos: “No os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” Este gozo fortalece al creyente aun en tiempos difíciles.
Jesús prometió un gozo duradero a sus discípulos: “Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.” (Juan 15:11). Su gozo es pleno, eterno, y nos sostiene. No es frágil ni pasajero, sino un fruto que brota de una comunión viva con Él.
Incluso en el sufrimiento, el gozo del Espíritu está presente. Santiago 1:2 dice: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas.” Esto no es resignación, sino confianza plena en el obrar de Dios. El gozo es señal de que el Espíritu nos está llenando, guiando y sosteniendo.
El gozo verdadero es fruto del Espíritu y testimonio de una fe viva. No está condicionado por lo que sucede, sino fundamentado en lo que Dios ha hecho y hará. ¡Regocíjate en Él!