11-12-2024
“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.”
1 Pedro 1:6-7
1 Pedro 1:6-7
Pedro compara nuestra fe con el oro que es refinado por el fuego. Las pruebas son el fuego que Dios usa para purificar nuestra fe, eliminando las impurezas y haciéndola más preciosa. Aunque las pruebas pueden ser dolorosas, tienen un propósito divino: prepararnos para Su gloria y moldearnos según Su voluntad.
En Job 23:10, Job declara: “Mas él conoce mi camino; me probará, y saldré como oro.” Job entendió que sus pruebas no eran el final de su historia, sino una etapa en el proceso de refinamiento que lo llevaría a una fe más pura y a una relación más profunda con Dios.
Jesús también oró por la fe de Pedro antes de que enfrentara su mayor prueba. En Lucas 22:31-32, Jesús le dijo: “Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte.” Las pruebas no solo refinan nuestra fe, sino que también nos recuerdan que Jesús intercede por nosotros.
Las pruebas son el fuego que refina nuestra fe y nos acerca más a Dios. Aunque el proceso sea difícil, podemos confiar en que Su propósito es hacernos más fuertes y más dependientes de Él.