28-10-2024
“Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. “
Juan 13:14-15
Juan 13:14-15
Jesús nos dejó un poderoso ejemplo de servicio al lavar los pies de Sus discípulos. En Juan 13:14-15, vemos que Jesús, siendo el Maestro y Señor, toma el rol de un siervo y se inclina a servir a los que le seguían. Con esta acción, Jesús nos enseñó que el servicio es una muestra de amor y humildad hacia los demás. Este acto no solo fue simbólico, sino una enseñanza para todos los creyentes de que debemos estar dispuestos a servirnos unos a otros con humildad.
El servicio a los demás es un mandato de Cristo. En Marcos 10:45, Jesús declaró que “el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir”. Como seguidores de Cristo, estamos llamados a imitar Su ejemplo de humildad y disposición para servir, incluso en los detalles más sencillos. Este llamado es una invitación a ser reflejo de Su amor en un mundo donde prevalece el egoísmo. Servir a los demás es una manera tangible de mostrar el amor de Dios y de ser testigos de Su gracia.
Además, en Gálatas 5:13, Pablo nos exhorta a que, por amor, sirvamos los unos a los otros. El servicio a los demás no solo fortalece a la comunidad de fe, sino que también nos transforma a nosotros mismos. Al servir, aprendemos a poner las necesidades de los demás por encima de las nuestras, y esto nos ayuda a crecer en carácter y en nuestro caminar con Dios. Servir es una forma de cumplir el segundo mandamiento más importante: amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
El servicio a los demás es una muestra del amor y humildad de Cristo en nosotros. Al seguir Su ejemplo y mandato, reflejamos el amor de Dios en el mundo y fortalecemos nuestra relación con Él y con nuestra comunidad.