31-07-2024
“Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.”
Marcos 4:39
Marcos 4:39
La paz de Dios es poderosa y se manifiesta incluso en medio de las tormentas de la vida. En el relato de Marcos 4, los discípulos se encontraron en una tormenta aterradora, pero Jesús calmó la tormenta con una sola palabra. Esta historia nos recuerda que Jesús tiene autoridad sobre las circunstancias de nuestra vida. Cuando enfrentamos dificultades, podemos confiar en Su poder para traer paz y calma a nuestras situaciones.
En Filipenses 4:6-7, Pablo nos exhorta: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” La oración es una clave para experimentar la paz de Dios en medio de la tormenta. Al llevar nuestras preocupaciones a Dios en oración, experimentamos Su paz que guarda nuestros corazones y mentes.
Jesús también nos aseguró en Juan 16:33: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” La paz que Jesús nos da no depende de la ausencia de problemas, sino de Su victoria sobre el mundo. En Cristo, tenemos la promesa de paz y victoria, incluso cuando enfrentamos las dificultades más grandes. Su paz nos sostiene y nos fortalece en todo momento.
La paz de Dios es una fuerza poderosa que nos sostiene en medio de las tormentas de la vida. Al confiar en Su autoridad y llevar nuestras preocupaciones a Él en oración, experimentamos una paz que trasciende nuestras circunstancias. Que busquemos esta paz en Cristo, permitiendo que nos guíe y nos sostenga en cada desafío.