29-06-2024
“sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.”
1 Pedro 1:15-16
1 Pedro 1:15-16
1 Pedro 1:15-16 nos llama a ser santos en toda nuestra manera de vivir, porque Dios es santo. Este versículo nos recuerda que la santidad es una parte fundamental del propósito de Dios para nosotros. Ser santos significa ser apartados para Dios y vivir de una manera que refleje su pureza y santidad. Esto implica una transformación continua y un compromiso de apartarnos del pecado y acercarnos más a Dios.
En Hebreos 12:14 se nos dice: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” La santidad no es opcional para los creyentes; es esencial para nuestra relación con Dios. Sin santidad, no podemos ver ni experimentar la plenitud de Dios en nuestras vidas. Crecer en santidad nos permite acercarnos más a Dios y vivir de una manera que agrada a Él.
2 Corintios 7:1 nos exhorta: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.” Este versículo destaca la importancia de purificarnos de todo lo que contamina nuestro cuerpo y espíritu. La santidad es un proceso de perfeccionamiento continuo, motivado por el temor reverente a Dios y las promesas que Él nos ha dado.
Crecer en santidad es un llamado y un propósito fundamental para todos los creyentes. Al comprometernos a vivir de una manera que refleje la pureza y la santidad de Dios, nos acercamos más a Él y vivimos de una manera que le agrada. Que cada día busquemos crecer en santidad, apartándonos del pecado y dedicándonos completamente a Dios.