28-06-2024
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”
Mateo 28:19-20
Mateo 28:19-20
Mateo 28:19-20, conocido como la Gran Comisión, nos llama a hacer discípulos de todas las naciones. Este mandato de Jesús subraya la importancia de proclamar el evangelio y enseñar a otros acerca de las enseñanzas de Cristo. Proclamar el evangelio no es solo para pastores o misioneros; es una responsabilidad de todos los creyentes. Cada uno de nosotros tiene un papel en compartir las buenas nuevas de salvación con el mundo.
En Romanos 10:14-15, Pablo plantea una serie de preguntas retóricas: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” La proclamación del evangelio es crucial para que otros puedan creer y ser salvos. Nuestra disposición para compartir el mensaje de Cristo es vital para la expansión del reino de Dios.
En 2 Timoteo 4:2, Pablo exhorta a Timoteo: “Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.” Proclamar el evangelio requiere diligencia y perseverancia. Debemos estar preparados para compartir la palabra de Dios en todo momento, corrigiendo, reprendiéndo y exhortando con amor y paciencia. Nuestra fidelidad en proclamar el evangelio puede impactar vidas y cumplir el propósito de Dios para nosotros.
Proclamar el evangelio es una parte esencial del propósito de Dios para nuestras vidas. Al compartir las buenas nuevas de salvación, estamos participando en la misión de Dios para redimir al mundo. Que nuestra vida sea un testimonio constante del amor y la gracia de Cristo, y que siempre estemos dispuestos a proclamar su nombre a todos los que nos rodean.