20-05-2024
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.”
2 Corintios 12:9
2 Corintios 12:9
En 2 Corintios 12:9, Pablo nos habla de cómo Dios le respondió a su clamor con una promesa de fortaleza en medio de la debilidad. La gracia de Dios es suficiente para sostenernos, y su poder se perfecciona cuando reconocemos nuestras limitaciones y dependemos de Él. Esta verdad nos enseña que, en nuestros momentos de mayor debilidad, podemos experimentar la fortaleza divina que nos capacita para enfrentar cualquier desafío.
Isaías 40:29-31 nos asegura que Dios da fuerzas al cansado y multiplica las fuerzas del que no tiene ningunas. Aquellos que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas y podrán enfrentar las adversidades con nueva energía. Este pasaje nos anima a esperar en Dios con confianza, sabiendo que Él es fiel para fortalecernos y sostenernos cuando más lo necesitamos.
La historia de Gedeón en Jueces 6-7 muestra cómo Dios utiliza a una persona aparentemente débil para lograr grandes cosas. A pesar de sus dudas y temores, Gedeón obedeció a Dios y, con una fuerza que no era suya, lideró al pueblo de Israel a la victoria. Este relato nos recuerda que la fortaleza de Dios se manifiesta poderosamente en nuestras vidas cuando confiamos en Él y seguimos su guía.
En momentos de debilidad, podemos encontrar fortaleza en Dios. Su gracia es suficiente para sostenernos y su poder se perfecciona en nuestras limitaciones. Al confiar en Él y esperar en su fidelidad, seremos renovados y capacitados para enfrentar cualquier desafío con la fortaleza que viene de lo alto.