20-04-2024
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”
Efesios 2:8-9
Efesios 2:8-9
La gratitud por la salvación es la respuesta natural del corazón redimido que reconoce la gracia inmerecida de Dios. Efesios 2:8-9 nos enseña que la salvación es un don gratuito de Dios, otorgado por su gracia a través de la fe en Jesucristo. Cuando comprendemos la profundidad de nuestro pecado y la magnitud del sacrificio de Cristo en la cruz, nuestro corazón rebosa de gratitud por el regalo incomparable de la salvación.
La Escritura nos revela que la salvación es el resultado del amor incondicional de Dios hacia nosotros. Juan 3:16 proclama que Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Esta verdad asombrosa nos llena de gratitud y adoración por el amor sacrificial de Dios que nos rescató de la condenación eterna y nos otorgó la esperanza de vida eterna.
Al vivir en gratitud por nuestra salvación, nos comprometemos a vivir vidas que reflejen la gloria de Dios y proclamen su amor redentor a un mundo perdido. Nos esforzamos por compartir el evangelio con otros y llevar a cabo la Gran Comisión, compartiendo la buena noticia de la salvación en Cristo con aquellos que aún no lo conocen.
Que nuestra gratitud por la salvación en Cristo sea evidente en cada aspecto de nuestras vidas. Al vivir en la realidad de nuestra redención, nos comprometemos a glorificar a Dios con nuestras palabras y acciones, proclamando su amor y gracia a un mundo necesitado y compartiendo la esperanza de vida eterna en Cristo Jesús.