07-06-2024
“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
Marcos 10:45
Marcos 10:45
Marcos 10:45 nos muestra el ejemplo de Jesús, quien vino no para ser servido, sino para servir. La disciplina en el servicio es una característica esencial de la vida cristiana. Al seguir el ejemplo de Jesús, debemos estar dispuestos a servir a los demás con humildad y dedicación. La disciplina en el servicio nos lleva a poner las necesidades de los demás por encima de las nuestras, demostrando el amor de Cristo a través de nuestras acciones.
En Romanos 12:11, Pablo nos exhorta a no ser perezosos en lo que requiere diligencia, sino fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. La disciplina en el servicio requiere dedicación y esfuerzo constante. No se trata de servir solo cuando es conveniente o fácil, sino de estar siempre dispuestos a hacer la voluntad de Dios y a ayudar a los demás. Esta actitud de servicio ferviente y diligente glorifica a Dios y edifica a la comunidad.
Gálatas 6:9 nos anima a no cansarnos de hacer el bien, porque a su tiempo cosecharemos si no desmayamos. La disciplina en el servicio implica perseverancia, incluso cuando los resultados no son inmediatos o visibles. Al mantenernos firmes en el servicio a los demás, confiamos en que Dios traerá fruto en su debido tiempo. Esta perseverancia demuestra nuestra fe y compromiso con los propósitos de Dios.
La disciplina en el servicio es una manifestación del amor y la humildad de Cristo en nuestras vidas. Al dedicarnos a servir a los demás con diligencia y perseverancia, glorificamos a Dios y edificamos su reino. Que nuestra vida esté marcada por un compromiso constante en el servicio, siguiendo el ejemplo de Jesús.