25-09-2024
“Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias.”
Colosenses 4:2
Colosenses 4:2
La oración es una parte esencial de nuestra devoción a Dios. Colosenses 4:2 nos llama a perseverar en la oración, lo cual implica que la oración no debe ser un acto ocasional, sino una parte constante de nuestra vida. La devoción en la oración nos permite mantener una comunicación directa con nuestro Padre celestial, abriendo nuestro corazón a Él y buscando Su dirección. Jesús, en Su ministerio, oraba constantemente, mostrando que la oración era central en Su relación con el Padre.
El apóstol Pablo también nos exhorta a orar sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17). La devoción en la oración no se trata solo de pedir cosas a Dios, sino de pasar tiempo en Su presencia, adorándole, agradeciéndole y alineando nuestro corazón con el Suyo. A través de la oración, recibimos fortaleza para enfrentar las pruebas, paz en medio de la incertidumbre, y dirección para nuestras decisiones. En Filipenses 4:6-7, Pablo nos anima a presentar nuestras peticiones delante de Dios con acción de gracias, y promete que la paz de Dios guardará nuestros corazones.
Jesús nos enseñó en Mateo 6:6 a entrar en nuestro cuarto y cerrar la puerta para orar en secreto a nuestro Padre. Este acto de devoción es una expresión de nuestra dependencia de Dios. No oramos por un sentido de obligación, sino porque reconocemos que sin Su dirección y presencia en nuestra vida, no podemos vivir conforme a Su voluntad. La oración devocional nos lleva a conocer más a Dios y a experimentar Su amor de una manera personal e íntima.
La devoción en la oración es el corazón de nuestra relación con Dios. Al perseverar en la oración con agradecimiento, crecemos en nuestra dependencia de Él y experimentamos Su paz y guía en cada área de nuestra vida.